Café de Galápagos, un “producto encantado”
- Susana Rubio Urresta
- 19 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 may 2020
El café de las ‘Islas Encantadas` está reconocido con el certificado de Denominación de Origen por su proceso de cultivo agroecológico. Los cultivos comparten la tierra con plantas y animales endémicos de las islas.
Desde el inicio de la colonización los galapagueños se han dedicado a la producción de café “pero no ha habido un orden en la producción y venta del café”, explica Juan Carlos Guzmán, ex director provincial del Ministerio de Agricultura en Galápagos.
El Estado ecuatoriano decidió solicitar al Instituto Ecuatoriano de la Patrimonio Intelectual (IEPI) el certificado de denominación de origen “para dar la seguridad a los productores de Galápagos que solamente su café será vendido con el nombre de Galápagos”, explica Guzmán dado que “podían encontrar café con el nombre de Galápagos en las perchas del continente…pero no se sabía si era de Galápagos”.

El 28 de septiembre de 2015 el IEPI otorgó el certificado de denominación de origen al café de Galápagos. Según el certificado del IEPI el café protegido será de la especie arábica con las variedades identificadas como: Típica, Bourbon, Caturra, Villalobo, San Salvador, Sachimor, Catimor y Catuai.
El café de Galápagos es uno de los cuatro productos con denominación de origen en el Ecuador junto con el sombrero de Montecristi, el maní de Transkutukú y la Pitahaya Amazónica de Palora
Han pasado cinco años desde que se emitió el certificado. Pero Juan Carlos Guzmán dice que existe “un problema” ya que en el mercado continental hay empresas que posiblemente toman el nombre de Galápagos para vender su marca. “El IEPI debería declarar o disponer que todas las empresas que estén vendiendo café con el nombre de Galápagos afuera tienen que retirar del mercado el café de Galápagos si no se demuestra que es producido aquí o comprado aquí”, agregó Guzmán.

Procesos
El café es plantado en la parte alta de la isla Santa Cruz ya que es una zona húmeda. Pero secar el café ahí es imposible. Por ello, cerca del canal de Itabaca está el cafetal, un lugar donde todos los cafeteros pueden ir a secar su café. Diego Tamayo, secador de café dice que “no hay otro lugar más adecuado” para secar el café ya que en la zona casi nunca llueve.

El café de Galápagos es un café de especialidad que se produce en pocas cantidades. La calificación de taza del café a logrado llegar a 85. Según Juan Carlos Guzmán ese puntaje le permitiría “competir en un concurso de taza dorada que hace el Ecuador anualmente y sacar un buen puntaje”. Por lo general hay solo hay dos temporadas de cosecha al año y “no coinciden con las de Loja o Manabí” explica Guzmán.
El precio promedio del quintal de café tostado es de 450 y el saco de café en verde podría llegar a superar los 1000 dólares.
Mishel Peña, catadora y administradora de la cafetería OMG en Puerto Ayora dice que la “acidez y un honey pronunciado” son las características que se distingue del café de Galápagos.
Parte de la evolución
El café ha estado en las Islas Galápagos desde el año 1850. Juan Carlos Guzmán, ex director provincial del Ministerio de Agricultura de Galápagos explica que el primer poblador de la Isla San Cristóbal, Manuel Julián Cobos se dedicó a la producción de café dando un inicio a las primeras plantación de café en la isla.
La familia Arias desde hace 2 años se han dedicado a producir café en el Chato 1 en Santa Rosa en la Isla Santa Cruz. Mientras que en el Chato 2 ofrece ver tortugas en su hábitat natural, túneles de lava y disfrutar de una taza de café 100% galapagueño. David Arias, uno de los propietarios de las fincas, ha planificado cultivar café en una de las 12 hectáreas de su finca turística ya que asegura que “el café de Galápagos no necesita pesticidas o productos orgánicos” y “las tortugas serán quienes fertilicen el suelo”.
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